domingo, 20 de noviembre de 2011

En París

La hermosa torre Eiffel
en la noche oscura y lejana
ilumina tu arrebatadora tez,
sublime regalo,
magia compartida,
belleza desnuda,
en esencia de mujer.
Un henchido regocijo
desde la capital de la luz,
se derrama por todo el universo,
como marea de edén
y rosas amarillas.
Entretanto el poeta
solo puede entonar tu canción,
como preludio
de un lozano otoño.
Mientras se ase
-a tu imagen celeste-
definida y contundente,
suave y transparente.
¡Radiante amanecer
de una efigie de leyenda¡

ME GUSTAS CUANDO SUSURRAS PALABRAS DE AMOR

Me gustas cuando susurras palabras de amor
y las dejas volar en el aire
como mariposas.
Y entonces también
la mar de tu mirada
centellea verde iluminador.
Y en volandas tus palabras
aletean a mi lado.
Y como un haz de luz
entre jugetonas olas
brillan tus ojos en mi alma.
Me gustas cuando susurras palabras de amor.

martes, 15 de noviembre de 2011

SOBRE MI CORAZÓN ABIERTO

Sobre mi corazón abierto
está la duda del futuro.
El cielo esta gris.
Almuerzo solo en casa,
un anodino día más.
Extremoduro canta su canción.
Y son palabras con especial lirismo
de las cosas que suceden
entre drogas, soledad,
y la barra de un bar.
Yo pienso que a estas horas de espanto
poco me preocupa el atardecer,
que todo es incierto,
que no ceja la lucha,
y busco entre mis lágrimas
un poco de esperanza.
Oh nena en el azabache amanecer de tus ojos
cuando la brisa es más suave
quiero perderme para siempre.
Contigo están los amigos,
los recuerdos, y el porvenir,
y todo cuanto hoy busco yo,
las migajas de la ilusión.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL ZAFIO DE LA ALCARRIA

El zafio de la Alcarria
toma siempre la forma de la hiel
que le mantiene.
Es oscuro, tibio, siniestro
se pliega ante la sabiduría
y anida en la sombra fría.
Es el ruido de la basura incinerada
el sonido de su voz cuadriculada.
Es el pináculo que lame el sudor
de los que luchan
antes de hundirse en la nada.
Es la palabra que escupe
un tartamudo nazi, entrecortada.
Y el silencio que sepulta voluntades…
Es todo eso y más,
bordea el trabajo,
separa alternativamente
el tesón, la constancia, la obstinación,
con una llaga que no deja de sangrar.
Entonces llega la noche
y como un náufrago
se precipita a la isla solitaria
de su hogar,
donde se convierte
en los puntos suspensivos
(...)
donde vive la mierda.
¡Boñiga de la Alcarria!