jueves, 9 de agosto de 2012

SOLEDAD


En esta noche solitaria,
caucásica como mi sien,
me encuentro como los sueños
de un sempiterno insomne.

Como las palabras
en un poema de Machado,
voy hacia la vida,
creyendo que con mis manos
podré tocar feliz,
la tez de la soledad.

No hay nadie.
El ocaso nace
detrás de la ventana.
Mientras tanto
mi violeta alma
se mueve con sigilo
en la radiante estancia
de la calma, del reposo,
donde nadie me aguarda.

No hay nadie.
Y tampoco importa.
Rodeo con mis brazos
la cálida sensación,
anacoreta armonía,
de una bella noche.

En esta noche solitaria,
blanca como escena esquimal,
me encuentro feliz
como gaviota acurrucada en su nido.

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