El verso, esta noche,
se siente juguetón,
me mira y no es a mí.
Vetusta mirada
al infinito de tu ser.
Hay algo en la rima
que se me escapa.
Viene desde que te conocí.
Esa tendencia mía
de escribir de ti,
de volver a saborear
en mis recuerdos
tú aroma, tu sabor,
tu exquisito amor.
Ese anhelo de retornar,
siempre a ti,
de seguirte atisbando.
Esa palabra tuya
que hago mía,
dueña y señora
de mi utopia.
Subyugada mi inspiración,
hechizada mi poesía,
cautivada mi aspiración,
me embeleso, me someto,
ante la eterna grandeza
del firmamento de tu esencia.
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