PANORAMA INTRINCADO.

La vida abrasa:
Esa bastarda palabra
que en estos días inciertos,
se ha hecho la dueña,
hipoteca de sentimientos,
hipoteca a solas,
hipoteca inmóvil, de negro…
Panorama intrincado
en torno nuestro,
y el amanecer
nos encontrara
ahogando inútilmente
nuestro porvenir
en alcohol.
Cuando los muertos
me rodean,
cierro las puertas,
y el rayo liberal
de tu mirada,
desnuda
la bestia dormida
de mi corazón.
Entonces veo
a Peter Pan asesinado,
y cierro los puños,
aprieto los dientes,
y me adentro denodado
en este mundo
ciego, colérico, desamorado.

SUEÑOS

Me falta inspiración,
hoy las musas
se fueron de rebajas.
De vivir en los
suburbios del amor
son nobles las ideas,
y capaces de hacer
gemir mi cuerpo
al son dulce
de tus besos.
Cuando voy
a escribir,
a solas
frente al ordenador,
tarde, muy tarde,
en la noche,
el regocijo
de saber de ti,
reinventa los sueños.

EL ESPACIO DE TU CUERPO

La poesía necesita
fluir por tu sangre,
el espacio de tu cuerpo,
para existir.
Rimas de leyenda.
Insisto.
Solo el verso puro
reside en tus labios.
Soy porque
puedo leer
las líneas
de tu ser.
Y hacia tu más
atractivos misterios,
huyo, deseoso,
de tener tu propia alma.
Insisto,
voluntad de poemas
es tu figura,
la tabla de mi salvación.

CREDENCIALES

Esta vida
que nos manosea,
se esta convirtiendo
en una ciudad amurallada,
en la que si no tienes
las credenciales adecuadas
te sentarán
en el bárbaro taburete
de la invisibilidad.
Y, ¿Cuáles son
las mías?
Tú sin par, compañía.

EPÍLOGO

La tristeza es ahora quien regala
a mi alma cansada,
sale la melancolía y la aflicción.
El murmullo acumula tanto quebranto.
El pesar impone por entre raíces
un confín de vocablos en duelo.
Ya mis riñones casi flotan
de la pesadilla que se abre al desencanto.
Sentimiento encumbrado, desconfiado.
Desnudez de mi enajenación
fulgurando la noche en día.
La amargura cautiva los epílogos

EL ASCENSOR DE LOS PERROS DE PAJA.

Esbirros de la hambrienta
escoria hueca y falsa.
Atestiguan el incansable
esfuerzo de la sinrazón,
negando la fiel batalla
de un buen corazón.
Intolerables animales,
depredadores destructivos,
que insisten
en controlar
el familiar entorno,
y, así, hacer decaer
el bendito progreso.
Podrida visión
de una maldad consciente.
Designio preconcebido
de torpes luchas,
en terrenos turbios.
Crimen organizado
de inoperantes falaces,
cual células tumorosas
en la colectividad.
Al final
el ascensor,
será otro de esos giros
inesperados
en los designios
del grupo salvaje.
No podemos pasar
de puntilla
por el hecho
de una negación
sin tino ni juicio.
El Homo inicuo
se ha hecho demasiado
siniestro, perverso, horrendo,
su hábitat salvaje
circuncida por completo
al honrado vecino.
Autentico desastre universal.
Impacto temible
en el mantenimiento vital
de la longevidad.
Plaga malvada,
pequeña en número,
que seguramente
no pueda arruinar
el bello planeta,
pero si destruir
una civilizada comunidad.

CARTOGRAFÍA

Con tu insondable
habilidad de esbozar
la libre e ilimitada
cartografía
del positivismo,
la savia en color;
haces de nuestro
pequeño romance,
una combinación
artística del buen vivir.
Retrato del empeño
de una fábula.
Quimera trimurti,
con testuz,
de águila imperial,
entrañas de león,
y musculoso corazón
de lobo estepario.
Cuento fantástico
discordante
con el orden natural.
Elucubración moral.
Idilio vibrante
que nos envuelve,
en un orbe
de exaltación,
suave ternura,
y, equivalencias precisas,
de un mundo
cool, único y original.

CONVIVENCIA

Ajustar periódicamente
las piezas
de nuestra convivencia,
indispensable
para volar
hacia el horizonte
cogidos de la mano.
Encontrar un perímetro
de fuego,
bujía incandescente,
para desplazarse
sin trabas,
atravesando,
las vicisitudes
de la vida,
sin desalentarse.
Y demás de todo,
esta el valor
para llegar
decentemente
juntos,
a la meta
de la longevidad.
A esto añadiría,
una de las razones
porque mi amor,
sigo adelante:
es que eres
la primera necesidad
para poder levantarme
a primera hora
de la mañana,
día tras día...

PAISAJES

Mi ciega alma,
se pierde
en las ondulaciones
de tu figura,
en el océano
de tus ojos.
Arrastro
mi cuerpo
con valor,
hacia
los jazmines
de tus senos.

ESCALOFRÍO

En la escalera
del tiempo
deambulan
sapos de tristeza.
Bien sabes
que en este
terco mundo
las amenazas de muerte
van dibujadas
con tarjetas de crédito.
Los desajustes
visten de Prada.
Análisis de consecuencias
en la estricta detonación
de los besos matutinos.
Ahora las rimas
son sinuosas, ondulantes
si quieres ser original.
Las grandes sensaciones,
se encuentran
en la sangre del ruido.
Sigo sentado
en la acera
de la inspiración,
recordando
el estremecimiento
de tu mirada.

VIANDANTES

He recordado
los años que he pasado
a tu exquisito lado.
Hemos sido
como eso clavos
que se necesitan,
como el silencio
en una opera de Mozart.
Dos compañeros
que han ardido juntos,
siempre atentos,
para levantar al caído.
Bellas palabras
en el horizonte
de esta absurda vida.
Regocijo de la ciudad.
Viandantes por la calle
de la alegría,
juntos, casi siameses,
Risas, carcajadas,
suavidad,
de la cara
oculta de la Luna.
En el emotivo arco de amor
hemos sido flechas
desnudas, húmedas,
que han dado cerca,
muy cerca,
casi circundado,
el centro de la diana.
Percibiendo nuestro querer
como flores silvestres,
bajo la vulgar huella
del impasible
paso del tiempo.

DETALLES

Sé que hay arrecifes de corales,
ecosistemas luminosos,
estrellas fugaces
que ilustran el cielo.
Sé que hay puestas de sol
que nos esperan
con los brazos abiertos.
Sé que hay belleza
incomparable, única, inaudita,
en la Tierra, en el aire
y en la fascinante mar.
Sé que saben mejor
los apasionados besos
bajo una lluvia
constante y lánguida.
Sé que hay un arquitectónico
encanto en el hospedaje
de la sabiduría.
Sé que hay mucho más.
Lo sé.
En cambio
para mi amor
bastan los pequeños detalles.
Esos pequeños detalles
por venir de ti.

CANCION DEL INFANTE TRES

Como un enigma,
en una escena de suspense
es tu fiel mirada.
Tus claros ojos,
amables, cordiales
sujetan invisible
un cordón umbilical
con la leyenda.
Su destello es etéreo.
Evidencia sin penumbra.
Constelación de la
eterna melodía
del universo.
Claridad perfecta.
Excelencia de tu mirada.
Alquimia del círculo
Envidia del firmamento.
Divertidos, risueños,
fulguran en la vida.

CANCION DEL INFANTE DOS

Al derramar tu sonrisa,
saludable masaje,
para nuestras almas cansadas,
somos menos paupérrimos.
Calmado llego a la cima
del buen humor,
y entonces escolto
tu gracioso andar.
Y tú desenvoltura infantil
me sumerge
en un océano
de la utopia.
Rubí, esmeralda, y zafiro
pones con tu encanto
en mis manos.

CANCIÓN DEL INFANTE

Está vivo el hombre
con una infinita felicidad,
alegre
pues desde las entrañas
de la vida
nació la ofrenda
de la confirmación.
Un bello infante,
obra del ingenio,
la ternura
y el embeleso...
Héroe en el horizonte,
tus años nos arrullaran
en coral de quimeras tenaces
¡Oh infante!
¡Que bendita esperanza
para tu madre!

AÑOS RAPACES

Te amarrare
a mis entrañas
como motor
que de ánimo
en los momentos
de demora,
de demanda,
en operación
de subasta publica.
Con los puños enrabietados,
echare a correr
por entre la usura
de los créditos
no pagados.
Hemos perdido.
Los miserables
prestamistas han ganado,
en estos años rapaces.
Vivimos
a plena rueda,
de los desheredados,
como estrellas
que hace siglos
se extinguieron,
pero que aún
dan su último
incandescente resplandor.
Vivos muertos
con el candil
medio lleno de aceite,
congelados
en la osadía mundial.
Enumeramos
nuestros gestos
de solaridad,
viendo como se agranda
la insensibilidad.
Noches sin dormir,
abiertos los ojos
como volcanes
lunares.
¿Qué hacer?
¿Cuándo
la apatía del universo
echa raíces
en los pobres?
¿Cuándo
la perfecta tormenta
te aplasta?
Encadenarme
a ti, mujer,
resistiendo las embestidas
de la vida.
Desnudos
como al nacer,
esperando
otro milagro,
que nos corte
el cordón umbilical
de la carencia.
¡Pelearemos
a pecho descubierto!
No queda más
remedio que
seguir para adelante.
Vencidos venceremos.

JÚBILO

Aquí en este instante
comienza todo.
Se apresura la vida.
Brotan versos,
como estrellas
en el cielo.
Estampido de música
sobre nuestro amor,
sobre nuestra existencia.
Bendita alegría
jadeando en las venas,
poniendo en nuestra
creciente alma
su amarillo aroma.
Carril de un mejor porvenir.
También la lluvia,
cual estilizado violín,
ondula su mágica melodía,
sobre nuestros rostros.
Tu cuerpo y el mío
despacio construyen,
nuevos nidos
en los campanarios
de la convivencia.
Reflejado en tu mirada,
estalla una nueva era.
La historia,
de nuestro querer,
emancipara leyendas,
mitos, hechos, hazañas…
Crónicas de la emigración
de la congoja
a la otra orilla del río.
Hoy, implacable
nuestro júbilo,
húmedece la piel arrugada
de la felicidad.