Grito tu nombre, amor,
Que tú eres como el cielo,
Que aunque las estrellas
De tu rostro brillen,
Y te cambien de fulgor,
Siempre es igual tu remanso
Al paso de los enamorados…
Amor, sufrido y bondadoso,
Amor, gozoso y eterno,
Amor que nunca falla…
No es preciso describirte,
No es preciso medirte,
Ni cómputo ni doctrina,
Ni noción, ni concepto,
Para entender
El universo de tu ser.
Las voces todas a una,
En el norte, en el sur,
En el este y el oeste
Te señalan ¡Oh amor!
Como la tangible
Razón del movimiento
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