Erguido cobarde
que consternas la verdad
con tu llaga infiel.
Hontanar que a los hechos buenos
no das de beber.
Puntal de necedad,
portento vacuo,
pusilánime de fe,
guitarra sin cuerdas.
Hoy mi recuerdo llega a ti
como a una promiscua Ondarreta,
sin olas, sin dueño.
Cuando te sufrí
que zozobra del ánimo sentí.
Alejarme de ti
negro lodazal,
arenas movedizas,
fue lo que necesite
para volver a vivir.
Hoy vuelvo a ti
sereno, sosegado, entero,
sabiendo
que estos versos
son mi victoria.
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