Poema dedicado a las mujeres de la cárcel de Brieva.
Tras la ventana esta mi nombre,
el pájaro azul
de mi tierna infancia.
Tatuado en mi corazón
esta su verbo.
Déjame volar asido
a esa nube colibrí,
volver a mi niñez,
ese brote renaciente
de porvenir.
Déjame carcelero
diseñar mi pasado,
apretar mi tez
a las gotas de lluvia,
borrando las huellas
de mi error.
Déjame volver,
modificar mi destino,
acurrucarme en el seno
de la libertad.
Volver a escribir
mi grisáceo camino.
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