Pocas palabras.
El esparcimiento esta muy valorado,
pero la meditación es mejor.
Y también esas grietas de la reflexión.
Borrar la pizarra es bueno
quicios de ventanas
orientadas a la nada,
orillas de los sentimientos,
escalera al cielo pública.
Los contrafuertes del alma,
de las cansadas vidas
dejan a veces huecos
utilizables para la sensación.
Pero no nos engañemos
los empujones, arañazos,
patadas, golpes bajos,
de los colegas
en esto del vivir
lo dificultan todo.
Y entonces hay que conquistar
el hastío, las dificultades...
es tiempo de silencio,
de reflexión...
es tiempo de pocas palabras.
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