DEDICATORIA

Esas palabras que entona la vida
en los corrillos de la red
son ventanas abiertas
de almas enamoradas,
donde una vez adentro
no se quiere salir.
Fue esta misma noche
de luna para todos
cuando apareció
sin anunciarse
entre nosotros.
Viene de aquí y de allá,
del fondo del corazón.
Hordas hambrientas de paz,
desterrados de la verdad,
suplica furtiva y ligera,
encendido sentimiento de equidad.
De repente extraños
que se convierten en huéspedes
de un horizonte verde esperanza.
Y sonrisas como tronada
que ocupan sin cesar
la perspectiva en la pantalla.
No puedo olvidar.
Arrastrar penosamente los pies del miedo.
Dajar florecer las dedicatorias
a las caras, las manos, en la distancia.
Y han marcado en nuestras frentes
los signos afortunados
con oro, aceite y mirra.
Dentro de un rectángulo de luz
se encierra la humanidad,
he aquí hasta donde hemos llegado.
Una mano en el teclado,
otra en el ratón,
un juguete actual, presente, vigente,
un resorte hacia un abrazo.
Una gracia de placa base
succiona un lamento o una victoria.