Como eres princesa,
que las rimas,
de amor
que en este mundo
se han escrito,
no pueden describirte.
Voy pensando
en tu derrotero,
para definirlo,
y abandono
en palabras,
pues solo los sueños
pueden contenerte.
Una caricia tuya,
una mirada,
una palabra…
Define y canta
todos los temas
que hayan compuesto
en la historia
los juglares,
y trovadores,
de este agradecido mundo.
Desde la cancela
de tu poderosa luz
me llamaste.
Y ahora,
y desde siempre,
y por la eternidad,
he venido.
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