miércoles, 29 de diciembre de 2010

MI NIRVANA

El verbo,
no puede incluirte,
las palabras,
deciden seccionarse,
al no poder reseñar
tu encanto, belleza, beldad.
Tú piel bañada
por la dorada luz del sol.
Los coloridos pétalos
de tus mejillas.
El rumor de tu sonrisa
mecida por la fragante
dulzura de tus labios.
El delicioso roce
de tus caricias.
El ronroneo de tus manos
en busca del dulce
néctar de mi alma.
Los destellos
de un diáfano
arroyo de pasión,
que se precipita
entre el arrecife
de nuestro hogar…
¿Qué más puedo
pedir?
¡Mi nirvana
de placer!
El lugar
de mi asueto.

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