Hoy
voy a extraviarme
por la senda de miel
que ha inventado tu cuerpo.
Hoy
voy a tener la tenacidad,
para ser feliz.
Hoy
voy a disfrutar
de la seducción de tu sabiduría,
de tu gloriosa lisonja,
de la sensación suave,
del estremecimiento
al roce de tu piel.
Hoy
voy a meditar
en tu mirada.
Hoy
veo perfectamente
en tus pupilas verdes
la fuerza de la vida.
Hoy
voy a pensar
que la existencia
es el sosiego
de a tu lado, caminar.
Hoy
voy a ser,
como el profeta,
que adivina el paraíso,
para omitir su pesar.
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