La poesía nos invitan a recibir el día
como si fuese fiesta de guardar:
con el contraste de sabores equilibrado,
la dulzura amarga de una oda,
esa oda que da poder al espíritu,
y los haikus, y los sonetos,
y las soledades, y la copla,
y los versos alejandrinos, y la prosa poética,
y los cuartetos y los tercetos…
con sus aromas que tanto prometen,
olor a risas, a ternura, a deseo,
a tranquilidad, a lágrimas, a pasión.
a rabia, a dolor, a corazón…
Somos hechizados,
por vahos eternos de placer.
mañanas de anhelos,
tardes de confidencias,
noches de heroicidades,
degustando sin prisas,
y en compañía,
sorbo a sorbo los versos,
sorbo a sorbo la vida.
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